"Construyamos con amor. Al odio que algunos quisieron derramar sobre nosotros, respondamos con amor. No hay mejores batallas que las que se ganan con el corazón." Cristina Fernández de Kirchner

lunes, 2 de enero de 2012

Para eso estamos

Como no podía ser de otra manera, el final del año terminó movidito.

Cristina asumió nuevamente como presidenta de todos los argentinos y,
como nos tiene acostumbrados, en lugar de que el acto sea un mero
compromiso protocolar, fue otra jornada de gran valor político e
histórico.

Es cierto que el 10 de diciembre de 2011 fue la primera vez en la
historia de nuestro querido país que un vicepresidente radical termina
su mandato desde 1928, año en el que Elpidio González acompañó a Marcelo
T. de Alvear en la fórmula presidencial. Lo paradójico es que, para que
Cristina le permita a Cleto disfrutar de semejante logro estadístico,
tuvo que hacerlo a pesar de su traición temprana, a los pocos meses de
empezar a gobernar. Inédito. Otro beneficiado del modelo nacional,
popular y democrático que conspira contra él.

Sin embargo, lo histórico de la jornada fue que por primera vez
comenzó un tercer período consecutivo de gobiernos populares. A través
del discurso en el Congreso, Cristina ratificó rotundamente el camino de
la profundización del modelo que desde el 2003 , con Néstor, viene
cambiando la Argentina.

Recordó que Néstor, en ese mismo lugar, ocho años y cinco meses atrás
”venía a decirles a todos los argentinos que venía y pertenecía a una
generación diezmada” y que desde entonces con fuerza y coraje alcanzamos
el fin de la impunidad de los responsables del último golpe
cívico-militar. Que recibimos un país con 25% de desocupación y pudimos
generar más de 5 millones de puestos de trabajo. Que ahora tenemos el
mejor salario mínimo vital y móvil de toda la región. Que venimos del
período de crecimiento más largo de toda nuestra historia, con un modelo
de industrialización pregresiva. Que pudimos desendeudarnos y
liberarnos del yugo de los que dirigían nuestra economía sentados en un
sillón en otro país.

La infinita lista de conquistas populares que detalló la presidenta
se complementa con la ratificación del rumbo y una posición política
clara y contundente: “Yo les prometo que como dijo él, no voy a dejar
mis convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno. Él, por no
dejarlas, dejó la vida”.

Por eso dejó clarísimo que ni las corporaciones mediáticas, ni las
financieras, ni las de ningún tipo van a poder con sus convicciones:
“Que se den por notificados: yo no soy la presidenta de las
corporaciones, soy la presidenta de los 40 millones de argentinos”.

Para acompañarla en esa tarea, en la plaza estuvimos 15.000
compañeros de La Cámpora, de todas las provincias argentinas, soportando
el intenso sol con la alegría de sabernos parte de un momento
histórico. Miles y miles de flameadores, le daban el colorido a las
cuadras que condujeron a Cristina hasta la Casa Rosada.

Los días siguientes, el Congreso sancionó una serie de leyes que venían
siendo bicicleteadas por la oposición. Gracias a la nueva composición de
las cámaras legislativas, en las que también se sumaron compañeros de
La Cámpora, se aprobaron leyes fundamentales que, por si a algún
distraído le quedaba alguna duda, ratifica que este gobierno no hace la
plancha y que con el apoyo popular vamos a seguir defendiendo los
intereses del pueblo.

Además del presupuesto, se aprobaron leyes muy importantes:

- Democratización de los medios de comunicación y más libertad de
prensa para todos a través de la media sanción al proyecto que declara
de interés publico la producción, distribución y comercialización de
pasta celulosa y de papel de diarios.

-Más derechos laborales para todos a través de la media sanción del
proyecto que crea un nuevo régimen de trabajo agrario que reemplaza al
de la dictadura, le otorga beneficios sociales a los peones y
naturalmente es resistido por los patrones rurales y “curiosamente” es
resistido también por el gremio, que “curiosamente” estuvo con los
patrones en la discusión de la 125.

- Defensa de los recursos estratégicos de todos los argentinos a través
la media sanción del proyecto que regula en beneficio de los intereses
nacionales la compraventa de tierras en manos de extranjeros.

A 10 años de 19 y 20 del 2001, la misma generación que resistió al
neoliberalismo, hoy está más comprometida que nunca con el futuro de
nuestro país. Sabemos que los próximos cuatro años serán de mucho
trabajo y militancia. Para eso estamos. Si el pueblo ratificó
masivamente a Cristina, la militancia debe acompañarla para profundizar
el rumbo que nos sacó del infierno en el que nos habían dejado tantos
gobiernos gorilas. No nos acostumbramos ni nos conformamos con lo que
conseguimos hasta ahora porque, como dijo nuestra presidenta: “Mientras
haya un sólo pobre en la Argentina no estará cumplimentado el proyecto
nacional y popular”.

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